Narratinta

Escritura & Periodismo

Aprender a irse a tiempo

Últimamente vengo pensando que todo sería más fácil si nos enseñaran a irnos a tiempo. Irse cuando es el momento justo. No esperar a que todo se derrumbe. ¿Qué sentido tiene sufrir si algo hace mal? Y cuando hablo de irse, aprender a irse, me refiero a muchas situaciones.

Una relación que no va más, una amistad que dejó de funcionar, un trabajo que jamás funcionó. ¿Por qué los seres humanos nos esforzamos tanto intentando que las cosas funcionen? ¿Por qué simplemente no podemos aceptar que a veces las cosas no funcionan más porque ya no son para nosotros? ¿Quién dice que tenemos que quedarnos, resistir, luchar y sufrir en vano? ¿Es fracaso o sabiduría reconocer cuando algo no va más?

¿Por qué se nos hace tan complicado tomar impulso?
¿Por qué se nos hace tan complicado tomar impulso?

Cada tanto buceo en el significado de las palabras. Busco las definiciones para entender qué quieren decir. Google (y la RAE) dicen que “irse”, verbo pronominal, significa “moverse de un lugar hacia el otro”. Y vuelvo a la pregunta de por qué a veces se nos hace tan difícil irnos, movernos de un lugar hacia el otro. ¿Es por miedo o por no saber a dónde ir? ¿Por qué se nos hace tan complicado tomar impulso?

¿Por qué los seres humanos nos esforzamos tanto intentando que las cosas funcionen? ¿Por qué simplemente no podemos aceptar que a veces las cosas no funcionan más porque ya no son para nosotros?

No digo que sea fácil moverse, pero cuando hay algo que realmente ya no funciona, ¿qué sentido tiene quedarse? Por qué no reconocer que ese lugar ya no nos pertenece, porque tal vez nunca nos perteneció o porque simplemente ahí ya no encajamos y no hay nada más que hacer.

La idea es ser feliz

Hace poco una amiga me mandó un mensaje y me dijo una frase que me resuena en estos días. “La idea es ser feliz”. Si todo se trata de eso, ¿para qué quedarse en donde ya no encajamos? ¿Por qué, insisto, nos cuesta tanto dar ese paso final y decir me cansé, no quiero más esto, hasta acá llegué?

Es cierto que a veces las circunstancias lo hacen todo más difícil y uno se resiste y lo intenta, una y muchas veces, por carácter, por amor, por responsabilidad, por ego, quién sabe bien por qué, cada cual tendrá sus motivos, pero en el fondo la pregunta es para qué sufrir si uno sabe que eso, lo que sea, no va más. Si la idea, como dijo mi amiga, es ser feliz.

Leer también: Sueños (casi) reales y distancias

mfgagliardi

Soy periodista argentina nacida en Buenos Aires y vivo desde 2019 en Modena, Italia. Acá escribo de todo, libre y sin tapujos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba